La huida hacia delante de May puede llegar hoy a su fin. El objetivo era conseguir 48 cartas de diputados tories en las que se pidiera el cambio de liderazgo en el Partido Conservador. La primera ministra, Theresa May, ha enfurecido a su formación política al retrasar el voto en el Parlamento sobre el Acuerdo del Brexit.
Tal ha sido la ira contra May que sus detractores han conseguido activar el proceso para destituirla en el Parlamento como su líder. Sir Graham Brady ha recibido ya al menos 48 cartas en las que se pide una votación para deponer a May. No ha querido aclarar cuántas cartas ha recibido en total.
Los tories, y solo ellos, decidirán esta tarde sobre la supervivencia política de May. En el caso de que logren los 158 votos necesarios, iniciarán un proceso para nombrar nuevo líder que puede prolongarse seis semanas. Está en riesgo cumplir los plazos del Brexit. El Reino Unido sale de la UE el 29 de marzo de 2019.
En una declaración ante el 10 de Downing Street, May dijo: “Contestaré este voto con todo lo que tengo” y aseguró “estoy preparada para finalizar mi trabajo”. Añadió: “En este momento crucial de nuestra Historia servir al Partido Conservador significa asegurar un acuerdo del Brexit que permita que se cumpla con el referéndum”.
La primera ministra conservadora retrasó in extremis este lunes la votación, prevista para el martes 11, sobre el Acuerdo de Salida alcanzado con los Veintisiete. Sus intentos por conseguir apoyos habían sido en vano. Estaba claro que el Brexit de May no conseguiría ni siquiera el apoyo de los propios conservadores.
May decidió entonces explicar a los diputados que volvería a hablar con el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, de la Comisión, Jean-Claude Juncker, y varios dirigentes europeos como la canciller alemana, Angela Merkel, para que se hicieran cambios sobre la polémica salvaguarda relacionada con la frontera interirlandesa. Esperaba conseguir una aclaración sobre la temporalidad de esa salvaguarda (backstop).
Los líderes europeos le han mostrado su apoyo, pero también han aclarado que no van a cambiar el Acuerdo. “Queremos ayudar a May, pero no sabemos cómo”, ha declarado Donald Tusk.
I have decided to call #EUCO on #Brexit (Art. 50) on Thursday. We will not renegotiate the deal, including the backstop, but we are ready to discuss how to facilitate UK ratification. As time is running out, we will also discuss our preparedness for a no-deal scenario.
— Donald Tusk (@eucopresident) December 10, 2018
Mientras May realizaba el miércoles una gira exprés, sus detractores terminaban de enviar las cartas a Sir Graham Brady, presidente del Comité 1922. “La primera ministra quiere que esto se resuelva de la manera más rápida posible”, ha dicho Brady a los medios.
El 15 de noviembre pasado el primero en proponer el cambio de liderazgo fue Jacob Rees-Mogg, un diputado brexiter que aspira, según los medios británico, a encabezar a los tories. Encabeza el influyente European Research Group.
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Las 48 cartas decisivas para cuestionar a May
Ana [email protected] @alonsay
El número mágico es el 48. Los brexiters duros necesitan que 48 diputados conservadores soliciten por escrito una moción de confianza sobre la primera ministra, Theresa May, al presidente del[…]
Para que la moción salga adelante necesitan 158 votos. May precisa también esos mismos votos para mantenerse al frente de los conservadores. Si lo lograra, se garantizará 12 meses de tranquilidad en su formación. Si su victoria es muy ajustada, no se descarta que May se retire.
Si ganan sus opositores, habrá nuevo líder conservador y nuevo primer ministro. Pero los conservadores necesitarán tiempo para elegir a su nuevo líder y mientras el Acuerdo quedará de lado. Prácticamente, abandonado ya que habría quedado claro que no cuenta con el respaldo ni siquiera de los conservadores en los Comunes.
Son varios los que suenan como aspirantes, según los medios británicos, desde el ex ministro de Exteriores, Boris Johnson, al también ex ministro del Brexit, Dominic Raab, el titular del Interior, Saj, y el de jefe de la diplomacia, Jeremy Hunt.
Nadie se atreve a prever el resultado. Pero May parece en caída libre. Ya el fin de semana pasado se calculaba que un centenar de conservadores querían que acabara su mandato. Hoy es un auténtico May Day (mayday, en inglés, llamada de socorro). Puede ser el definitivo.
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