Opinión

Falta de escrúpulos

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Me produce repugnancia la catadura moral y falta de escrúpulos de algunas personas que utilizan el sufrimiento de los familiares de un fallecido y que hacen uso de la picaresca para engañarles y robarles. Todavía no doy crédito a la noticia referente a dos tanatorios de la provincia de Valladolid en la que empleados de la funeraria se lucraban trasladando los cadáveres depositados en los féretros contratados por los familiares a otros de calidad inferior momentos antes de la incineración, por lo que la familia del fallecido no se enteraba. Los iniciales eran revendidos posteriormente, al igual que las coronas de flores. Pese a que el juzgado ha decretado secreto del sumario, todos los indicios apuntan a que el fraude se realizaba en los términos expresados. Aunque no queramos verlo, esta gente tan despreciable se encuentra más presente de lo que imaginamos en nuestra sociedad.

Javier Cordero Ruiz. Madrid

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